Especialmente en este día, conocido como «Fat Tuesday» o martes de carnaval, los llevamos hasta New Orleans, una ciudad vibrante, llena de música, cultura y fiesta.
Claro que el Mardi Gras es la celebración más famosa y colorida de esta ciudad con gran influencia francesa, pero no necesitas esperar a esas fechas para disfrutarla. La verdad es que cualquier época del año tiene su encanto.
Nosotros la hemos visitado tanto en verano como en otoño, y siempre encontramos algo nuevo para hacer. Eso sí, el calor del verano puede ser intenso y bastante húmedo, así que si prefieres temperaturas más agradables, el otoño y la primavera son ideales para caminar y disfrutar más de la ciudad. En invierno también puede ser un destino muy interesante, ya que hay menos turistas y los precios suelen bajar un poco.

Un poco de historia y cultura
Algo que me encanta de New Orleans es que sientes que viajas a otra época. Su historia está marcada por la mezcla de culturas: francesa, española, africana y caribeña. Eso se refleja en la arquitectura, en la música, en la comida… prácticamente en todo.
El French Quarter es la parte más icónica y también la más antigua de la ciudad. Caminar por sus calles adoquinadas con balcones de hierro forjado es como estar en un escenario de película. Fun fact: este barrio fue fundado por los franceses en 1718 y, aunque luego pasó a manos de España, muchas de las construcciones que vemos hoy datan de esa época colonial.
Por otro lado, la música está presente en todas partes. El jazz nació aquí y todavía puedes sentir esa energía. Desde músicos callejeros que te sorprenden con su talento, hasta clubes de jazz históricos como el Preservation Hall, donde la experiencia es única.
Cosas que no te puedes perder
Lo primero es lo primero: un paseo por el French Quarter. No importa si es de día o de noche, siempre hay algo que ver. De día puedes entrar en tiendas, galerías y disfrutar de un café con beignets en Café Du Monde, probablemente uno de los lugares más famosos de New Orleans. ¡Ojo! Siempre está lleno, pero la espera vale la pena.

De noche, el barrio cambia de ambiente: luces, música, bares, y claro, la famosa Bourbon Street. Aquí todo es fiesta, especialmente durante Mardi Gras, pero aunque no sea carnaval, el ambiente siempre es animado. Mi consejo es que explores también las calles alrededor, porque muchas veces encuentras bares más tranquilos con música en vivo sin tanto alboroto.
Otro lugar que recomiendo muchísimo es el Garden District, con sus mansiones históricas rodeadas de jardines espectaculares. Es un paseo perfecto si quieres algo más relajado y tranquilo. Puedes tomar el famoso Streetcar (tranvía) que te lleva desde el centro hasta esta zona, y ya el recorrido en sí es parte de la experiencia.

Si te gusta el arte y la cultura, no te pierdas el Civic Center Park y sus alrededores. Allí encontrarás museos como el de Arte Contemporáneo o el de la Segunda Guerra Mundial, considerado uno de los mejores del país.
La comida: un viaje en sí mismo
Hablar de New Orleans y no hablar de comida sería un pecado. Esta ciudad es famosa por su cocina criolla y cajún, y créeme, cada plato es una explosión de sabor.
El gumbo es probablemente el plato más representativo, una especie de sopa espesa con mariscos o carne, arroz y un montón de especias. Otro imperdible es el po’boy, un sándwich enorme relleno de camarones fritos, carne o pescado.

No olvides probar los beignets, esos pastelitos fritos con azúcar en polvo, perfectos con un café con leche o chocolate caliente. Y si te animas a algo más fuerte, el Hurricane es el cóctel clásico de la ciudad, inventado en los años 40 y muy popular en los bares del French Quarter. Otro muy popular que verás al caminar por el French Quarter es unas ‘Hand Grenades’.
Tips útiles para tu viaje
A diferencia de muchas ciudades de Estados Unidos, aquí es legal beber alcohol en la calle, siempre que lo lleves en un vaso de plástico. Así que no te sorprendas al ver gente caminando con sus cócteles por el French Quarter.
Eso sí, si quieres salir de fiesta recuerda que la edad mínima para consumir alcohol en EE.UU. es de 21 años, y muchos bares y clubes lo cumplen estrictamente.

Mi recomendación es llevar zapatos cómodos porque la mejor manera de conocer New Orleans es caminando. Además, el transporte público es limitado y estacionar puede ser caro en el centro.
Si te gustan los festivales pero no quieres el caos de Mardi Gras, hay otros eventos durante el año como el Jazz & Heritage Festival en primavera, que es espectacular y lleno de buena música.